Fue en el mes de Marzo del 2006 cuando se preparaba una boda, la hija de un Ejidatario, Herminia Blanco Reyes y Rogelio Delgado Novelo, foráneo adoptado por los noh-bequeños
como gente del pueblo proveniente de Isla Mujeres con familiares en la localidad,
ambos hacían los últimos detalles de la boda y el uso del mobiliario de la
Palapa, mesas, sillas y otras cosas necesarias.
Viernes 31 de marzo del 2006 por la tarde noche, avisan que
se está quemando la palapa del Ejido de Noh-bec, grande entre su mejor
construcción una palapa de unos 10 metros de larga aproximadamente por 8 de
ancha, en cuestión de minutos quedó convertida en escombros, cenizas y pedazos
de palos ardientes, ¿quién fue el culpable?, no lo sé, jamás alguien pagó por un ataque tan ruin en
contra del Ejido.
Lo cierto es que esa herencia de los fundadores, ha sido
siempre nido de mal vivientes que al amparo de la noche llegan a drogarse, o ha
hecho las veces de hotel en innumerables ocasiones, parte del romanticismo de
los noh-bequeños, que no me dejarán mentir y en incontables ocasiones han
rasguñado las luces de la gloria con vista al infinito universo, las ranas con
sus cantos adornando fugaces encuentros que dejan de existir al momento de
abandonarla.
La pregunta es… Si la Palapa ha sido es y será parte
fundamental de la existencia del pueblo, parte de su romance ¿Qué chingado les
hace para que desquiten con ella sus frustraciones?, debemos considerar que la
palapa, también fue un lugar donde parejas que hoy nutren la población noh-bequeña,
ahí mismo tomaron en algún momento sus cruciales decisiones, y hoy son parte de
la demografía de Noh-bec, al menos por eso deberíamos cuidarla, protegerla;
como símbolo fundamental de la evolutiva existencia de la raza humana en nuestra querida y hermosa tierra
que hoy de nuevo sufre una herida por el descuido, la confianza, e irresponsabilidad.
Hoy 29 de Junio del 2016, diez años después se remarca, se
escribe sobre una cicatriz, que aún no sana. Hoy de nuevo los noh-bequeños
pudieron ver impotentes, sintiendo a decenas de metros de distancia el calor
sofocante que provocaron las lenguas diabólicas del fuego que consumía al ícono
de Noh-bec, como todos la llamaban LA GRAN PALAPA, digna de cualquier polo turístico,
envidiada por muchos y admirada por todos, de dos niveles se erigía soberbia,
imponente, majestuosa, a la espera de cualquier visitante.
Pero se fue, dejó de existir hoy ante el mismo descuido que causa
impotencia verla consumirse, los noh-bequeños perdieron uno de sus importantes
íconos, LA GRAN PALAPA, que sin lugar a dudas seguramente saldrá a la luz quien
lo provocó, pero no podemos señalar a una sola persona cuando somos tantos
involucrados en cuidarla y protegerla, cuando hay gente que puede y debe
hacerlo, cuando se gasta en otras cosas y no en el cuidado de los bienes que
tenemos, cuando se construye un lugar y no se cumple con los mínimos requisitos
de seguridad para protegerlo, y si no estamos preparados para todo eso, entonces
ni siquiera merecemos tenerlo.
Hoy se repite la historia diez años después, de nuevo se ha
quemado la palapa murmura la gente en las esquinas, en la calle, en el parque,
en las cantinas. El renacer de una nueva , se dio unos años atrás,
cuando la construcción de la enorme palapa apenas rebasaba los 5 años ya que
fue construida en el 2011, el 9 de marzo del mismo año quedó un registro en
informativo Noh-bec de esa gran construcción, pero hoy solo es historia, ha
quedado reducida a cenizas, de aquí… qué sigue? No lo sé, pero no está de más
aprender a tener cultura de cuidado por
las cosas que nos enorgullecen y si en el futuro tenemos la dicha de volver a
verla, será cuestión de valorarla como tal, un icono noh-bequeño, “LA GRAN
PALAPA DE NOH-BEC”.